La temperatura del agua al lavar tu cabello sí importa. Cada una tiene un efecto distinto sobre tu cuero cabelludo y la fibra capilar. Aquí te explico cuándo y por qué elegir cada una:
🔥 Agua caliente: no es la mejor opción
Abre demasiado la cutícula del cabello, lo que puede causar frizz y resequedad.
Elimina los aceites naturales, dejando el cuero cabelludo más seco.
Úsala solo al inicio del lavado si tu cabello está muy sucio o con exceso de productos.

🌤️ Agua tibia: la ideal para lavar
Ayuda a remover la suciedad y el exceso de grasa sin dañar tanto el cabello.
Abre la cutícula lo suficiente para que el shampoo y tratamientos penetren.
Es el equilibrio perfecto entre limpieza y cuidado.

❄️ Agua fría: perfecta para el enjuague final
Sella la cutícula, dejando el cabello más brillante y suave.
Reduce el frizz y mejora la apariencia general del pelo.
Ideal para cerrar el lavado con broche de oro, especialmente si usaste mascarillas o acondicionador.

✅ Conclusión
Lava con agua tibia.
Enjuaga con agua fría.
Evita el agua caliente si quieres mantener tu cabello saludable.
Tu cabello te lo agradecerá con más brillo, fuerza y menos frizz. 💆♀️✨